Sabemos que ser padre/madre de un adolescente puede ser un desafío, y más aún cuando se trata de manejar comportamientos agresivos.
Si sientes que te está sucediendo esto, no estás sol@. En este artículo quiero ayudarte a poner nombre a lo que te está pasando y te ofrezco algunas orientaciones.
Este problema, conocido como violencia filio-parental (VFP), es más común de lo que podríamos pensar y ha estado creciendo de manera alarmante en los últimos años.
Según un estudio realizado por la Fundación Amigó en España, los casos de violencia filio-parental han aumentado un 40% en la última década.
Se estima que alrededor del 9% de los adolescentes entre 12 y 18 años han ejercido algún tipo de violencia contra sus padres.
Además, informes de la Fiscalía General del Estado revelan que más del 90% de las víctimas de VFP son mujeres, y los agresores son mayoritariamente varones. Estos datos nos muestran que la violencia de hijos a padres no es un fenómeno aislado, sino una realidad que afecta a muchas familias en la sociedad actual.
El aumento de casos de VFP puede atribuirse a varios factores, como la falta de límites claros en el hogar, la exposición a violencia en medios de comunicación, y problemas emocionales o psicológicos no tratados en los adolescentes.
La pandemia de COVID-19 también ha jugado un papel significativo, exacerbando las tensiones familiares debido al confinamiento y la incertidumbre económica y social.
Es fundamental abordar este problema de manera abierta y sin tabúes. Reconocer que existe es el primer paso para buscar soluciones efectivas.
Vamos a reflexionar juntos sobre qué está ocurriendo y qué puedes hacer para mejorar la situación en tu hogar.
Aquí encontrarás orientaciones para padres prácticas y apoyo para enfrentar este desafío con confianza y determinación.
Conductas agresivas VFP en adolescentes
Aquí te dejo algunas señales de alerta que pueden indicar que estás afrontando una situación de violencia filio-parental (VFP):
1. La ley del hielo
¿Tu hijo/a deja de hablarte a menudo? Esta indiferencia busca causar inestabilidad emocional. No subestimes el impacto que el silencio puede tener en tu bienestar mental.
2. Rechazo familiar
Se niega a comer en familia o pasar tiempo con sus hermanos/as. Este desprecio puede extenderse a otras figuras familiares, causando una desconexión emocional en todo el hogar.
3. Reacciones desmedidas
¿Evitas ciertos temas por miedo a su enfado? Puede romper objetos, golpear puertas o amenazarte. Esta conducta crea un ambiente de tensión constante, afectando la paz del hogar.
4. Respeto condicional
Solo te muestra interés cuando quiere algo. Observa si su buen comportamiento es solo una estrategia para conseguir algo. Es importante distinguir entre un cambio genuino y una manipulación.
5. Amenazas y chantajes
Utiliza amenazas verbales o emocionales como “me iré de casa” para manipularte. Estas amenazas pueden generar un miedo paralizante, limitando tu capacidad para tomar decisiones firmes.
6. Chantajes emocionales
¿Cedes ante sus amenazas por miedo? Reflexiona si te mantienes firme o cedes para evitar conflictos. El chantaje emocional puede desgastarte y hacerte sentir impotente.
7. Modificación de tu vida
¿Moldeas tu día a día para evitar conflictos con tu hijo/a? Analiza cuánto tiempo y energía le dedicas. Sacrificar tu autocuidado y bienestar personal a menudo sólo agrava la situación.
8. Reproches del pasado
Utiliza situaciones pasadas para hacerte sentir culpable y mantenerte pasivo/a. Este tipo de manipulación puede erosionar tu autoestima y tu confianza en tus decisiones.
9. Dudas sobre el amor
Su comportamiento te hace dudar si realmente te quiere a ti o a la familia. Es crucial entender que el amor y el respeto deben coexistir; la ausencia de respeto indica un problema mayor.
Orientaciones para controlar la VFP
Si reconoces algunas de estas conductas en tu hogar, es momento de pasar a la acción. Aquí tienes algunas orientaciones para afrontar la situación:
1. Marca límites claros
Define y mantén normas de convivencia familiar. La consistencia es clave. No temas ser firme; los límites ayudan a establecer un ambiente seguro y predecible.
2. Comunicación en pareja
Construye una forma de comunicación común con tu pareja para abordar el problema unidos. La unidad en la pareja proporciona una base sólida para enfrentar desafíos.
3. Distancia emocional
Mantén la calma y aborda la situación con criterio. No dejes que las emociones nublen tu juicio.
Practica técnicas de manejo del estrés y busca apoyo si lo necesitas.
4. Distancia física si es necesario
Si sufres agresiones, busca un espacio seguro para protegerte. Prioriza tu seguridad y la de otros miembros de la familia.
5. Busca apoyo profesional
No dudes en acudir a un especialista que pueda ayudarte a manejar la situación y educar a tu hijo/a. La intervención profesional puede ofrecer estrategias y perspectivas valiosas.
6. Fomenta la empatía y el respeto
Trabaja en enseñar a tu hijo/a la importancia de la empatía y el respeto hacia los demás. Utiliza ejemplos y situaciones cotidianas para reforzar estos valores.
7. Establece consecuencias
Asegúrate de que haya consecuencias claras y consistentes para comportamientos agresivos. Esto no se trata de castigar, sino de enseñar responsabilidad y autocontrol.
8. Refuerza el comportamiento positivo
Celebra y reconoce los comportamientos positivos de tu hijo/a. El refuerzo positivo puede ser una herramienta poderosa para fomentar cambios de conducta.
9. Crea un ambiente de apoyo
Asegúrate de que todos los miembros de la familia se sientan apoyados y escuchados. La cohesión familiar puede ser un factor crucial en la recuperación y mejora de la situación.
10. Practica el autocuidado para padres
No olvides cuidar de ti mismo/a. Tu bienestar es fundamental para poder manejar la situación de manera efectiva. Dedica tiempo a actividades que te relajen y te recarguen.
REFLEXIÓN FINAL
Recuerda, pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Tu bienestar y el de tu familia son lo más importante.
Afrontar el maltrato de hijos a padres es un proceso que requiere paciencia, consistencia y apoyo.
No te desanimes; estás haciendo un trabajo increíble y, con las estrategias adecuadas, puedes recuperar la armonía en tu hogar. ¡Ánimo, sigue adelante!
Como experta en orientación familiar, puedo ayudarte a transformar esos momentos de tensión en oportunidades de crecimiento y comprensión mutua.
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⚠️ Recuerda que hay cosas que pueden esperar, tu hijo/a NO.